
No pienses que no te quiero
por que me sientas callada
es que mis labios sellaron
embrujos de lengua aciaga.
Cuando entre cuatro paredes
me he sentido acorralada
y miles de soledades
fecundaron mis espaldas.
Con sus túnicas moradas
vigilias de extremaunciones
se fundieron en mis palmas.
Y en mi regazo los brotes
de semillas de mortajas.
En mis ojos se cuajaron
ceras de cirios candentes.
Resbalando por mi cara
las fogatas que tu enciendes.
No pienses que no te quiero
por que me sientas callada
es que me perdí en las horas
cuando sola me dejabas.
Y quizás ya no te quiera
aunque nunca diga nada
pues tengo el alma vacía
y es mi boca tu morada.
No pienses que no te quiero
aunque me sientas callada
es que quizás haya muerto
la palabra que esperabas.
Y tal vez sólo me quede
el brillo de tu mirada,
y una nota recordando
que el amor es fe de erratas.
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