Nunca me has gustado.
Tan abrupta y mediocre
con ese modo de gastarte
aporreando la pared
ante la mínima sospecha
de existencia al otro
lado.
Tus somnolientas horas
de rulo y bata,
despellejando los
cadáveres
de aquellos que osan la
intemperie.
El hecho de ser como tú;
una taxidermista de la
alegría
siempre he repudiado.
Con tu marido de gorra y
sacramento
de profesión calzonazos,
de sonrisa de cuchillo y
matanza.
Hoy,
te he escuchado hablar con
él
por esa arteria que nos
fusiona
con el esqueleto de
nuestras rutinas.
Hablabas,
del dilema de comer la
verdura
con o sin pan.
El pan
alimentar lo primordial
de las tripas corazones.
Y he pensado
en mi derrota de
filosofía de saldo,
en mi poesía afónica y
malherida
mis aforismos, en mis
alquimias
contra el espanto,
en estos tejados
donde no crecen flores
que no sean de lapida y
expiación.
Y he deseado por un
momento
ser como tú.
Ser tú.
y tener una inquietud
que se pueda resolver.
Dª Pilar, no deje nunca de escribir poesías, por favor. Un besito de todo corazón. Desde las Islas Canarias, j.tenerife
ResponderEliminarQué duro,Pilar
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