El girasol me habita inocente criatura ,cuya cara de pétalos sigue sin saber un sol oscuro, mancha gangrenada en el cielo. Françoise Roy.
Revelando recuerdos.
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viernes, 30 de octubre de 2009
Urbem venalem et mature perituram, si emptorem inverit
("Ciudad venal, y que perecería prontamente si encontrara comprador").
Sonríe el pecado con la saña de un destripador.
Sonrié el pecado.
A sabiendas de nuestros pavores,
olisqueando nuestros recelos.
El pecado sonríe ,escupiéndonos sus babas,
! Impávidos necios!
exhortados en unciones benditas
vomitando sobre vuestros talantes regios.
En las filantrópicas utopías me llamabas.
Pronunciáis mi nombre en alaridos.
!Pecado!
Aquí me hallo ,para deleite del sacrílego
o soy dulce ponzoña que lame los sentidos,
del hombre tatuado de cruces en su ego.
Sonríe el pecado.
y su carcajada rechina en los capiteles
desnudándose en la fastuosidad de los oropeles
!Impávidos necios!
A mi habéis de tornar
cuando en vuestra frente se fragmenten gotas ascetas,
y suden los vientos de las tentaciones
devorando el susurro de falsos profetas.
Sonríe el pecado.
Nutrido de linfa yerta tras las rejas
del hombre que con alza cuellos
se erige en juez y parte en su estrado.
Escudriñando en las negras sotanas confiado.
Sonrío, y os muestro petulante los placeres,
tras esas rejas las exhortaciones.
¡De la conciencia ? son ablaciones
cavando fosas henchidos de jadeos,
acarrean cenagosas aguas vuestros enseres.
-Mientras-
Sonrie el pecado.
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