Ir de progre y ser un facha ,era todavia peor que el miedo.
Llegaban a nuestro
corazón
sin previo aviso,
con dádivas
de una benevolente
quimera libertaria.
Eran como los demás.
Sólo que tras
el antifaz progresista
aullaba el huracán
de su incontenible ira.
Yo vi sus fauces...
colgaban despojos
de millones de abriles
deshojados.
Perros rabiosos
desguazando
para siempre
el adn del alma.
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