El girasol me habita inocente criatura ,cuya cara de pétalos sigue sin saber un sol oscuro, mancha gangrenada en el cielo. Françoise Roy.
Revelando recuerdos.
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jueves, 11 de febrero de 2010
El beso de la aurora.
En algunas ocasiones
la aurora
nos roba un beso por sorpresa,
pueril y traidora
nos destapa su rostro mas afable
pintado nuestros labios
de pasional carmín escarlata.
Y surcamos los bulevares
con la pletórica emanación
de un áurea que divina
acoge el trasluz de nuestra sombra.
Ahuyentando la umbría del desamparo
a cada paso
en cada rincón
en cada cántico
en cada esquina.
En algunas ocasiones
la aurora
un beso
nos viene robando...
y el sol de mediodía
con su génesis supremo
el púrpura de nuestros labios
va eclipsando.
Y mientras el día
en su cabalgata de matices
va pasando
el inclemente y gélido crepúsculo
de un amargo color cetrino
nos los va marchitando.
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Bello poema, y te felicito por el libro.
ResponderEliminarMi querida Pili, descubriendo tu intimidad poética. Un placer comenzar con tan bello poema. Es así, la aurora nos suele encontrar entrando o saliendo a la vida.
ResponderEliminarUn beso grande.
Daniel (cipres1957)
Oh Dani ,que alegría verte por acá mi amigo del alma.
ResponderEliminargracias por entrar en este mi humilde rincón.
Gracias de todo corazón y besos.