Luz
al final del túnel/ poema finalista del certamen "Poemas sin rostro" de Canal literatura.
Que
se esperaba de nosotros,
quizás
otras ventanas
que
abrir y cerrar,
otros
ropajes,
otros
candados y servidumbres.
No
hay tregua en el jardín
del
hombre ensombrecido.
Un
día a otro se suceden
capaces
e idénticos,
y
la noche que a otra antecede
como
esa roja sangre
amante
sospechosa que nunca se derrama.
Qué
extraña porfía
esta
de hervir el lenguaje domesticado.
Desconozco
las especies de la verdad
en
la geometría que llega de lo desconocido.
El
himno de las primaveras
en
la criatura
que
entre los párrafos de las uñas nace.
Escuchadme:
Todas
las horas son mis horas,
no
es el tiempo quien pasa
es
la ofrenda de la paloma,
y
el rumor prestado en los campos extranjeros.
Desvalidos
del fuego y la alianza
la
absorta leche de la locura.
De
esta carne dueña de la presunción,
las
alamedas salpicadas en el aire.
Que
se esperaba de nosotros
si
lo mortal se acoge a los harapos del pájaro.
El
pecado dentro del pecado
y
esta periferia de lo entregado
superpuesto
a la vacilación.
He
oído la severidad en el vientre de la tarde.
La
roja lengua de la muerte
cuando
lo tangible y lo deseable sean túnel.
Entonces
quizás
adoremos
el fuego,
y
sea tarde para amputarnos el miedo.